Con quemas de neumáticos y derribos de árboles imperó hoy en las comunidades Las Tunas y Santana, donde los habitantes reclaman la instalación de las redes eléctricas y reparación de caminos vecinales.
Decenas de árboles frutales y maderables fueron derribados, lo que provocó que las autoridades policiales y provinciales tuvieran que esperar dos horas para poder llegar a la zona de conflicto a negociar con los huelguistas.
La policía no practicó apresamientos de manifestantes ni se produjeron enfrentamientos con las autoridades, sin embargo hubo que enviar palas mecánicas y gredas a la zona para retirar de las vías los escombros lanzados y los árboles derribados.
Mino Calderón, vocero de las comunidades en protesta, denunció que la vida en las referidas comunidades no es posible debido al mal estado del camino vecinal y la falta de energía eléctrica.
Recordó que fue una promesa de campaña del partido de gobierno, llevar energía a las comunidades y advirtió que seguirán su lucha hasta ver concretizada la promesa del gobierno.
Tras varias horas de estar removiendo escombros con equipos pesados, el gobernador civil, José Alberto Vásquez, se presentó a la zona de conflicto y logró conversar con los quejosos, que decidieron dar un compás de espera a las autoridades para que inicien la instalación de la energía y reparación del camino vecinal.
En las comunidades de Santana y Las Tunas, la primera que debe su nombre al general Pedro Santana y la segunda a una variedad de cactus que se da en la zona, apenas quedan viviendo unas 200 familias, que viven de la producción de cacao, café, la agricultura y la ganadería.
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