A partir de las 7:00 de la noche el espacio se transforma en un burdel. |
En aceras y calles se improvisan negocios de comidas y picaderas a los que acude la gente en la noche. |
El Malecón de Santo Domingo es una de las vías más importantes de la ciudad. Pero el esplendor de antaño se ha apagado. Ya no es vista como un punto de atracción para turistas y munípices: se ha convertido en un foco de suciedad, drogas, sexo libre, estacionamientos improvisados, un lugar con escasa iluminación y sobrados espacios vacíos que sirven como vivienda a vagabundos e infelices.
Un recorrido nocturno realizado por LISTÍN DIARIO desde la Avenida del Puerto hasta la Casa España arrojó la existencia de diferentes puntos considerados como verdaderas zonas de tolerancia para drogadictos y libertinos que practican el sexo libre, así como otras conductas consideradas indecentes, amparados en la vigilancia casi nula de los agentes policiales.
El parque Profesor Eugenio de Jesús Marcano es una de esas zonas. A pesar de estar apadrinada por el Grupo León Jimenes, que bajo las luces del sol se encarga de su acondicionamiento y cuidado, según refieron varios pescadores entrevistados, a partir de las 7:00 de la noche el espacio se transforma en un burdel, que amenizado por los continuos disparos al aire que allí se escuchan, arrojan a la mañana siguiente las imágenes del bacanal llevado a cabo durante la noche, es decir, condones usados y ropa interior tirada entre las rocas. MAS AKI
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