El avión patinó en la pista de aterrizaje y se salió de ella, atravesó la avenida Washington Luiz, una de las más concurridas de Sao Paulo, para después estrellarse después contra el edificio en el que se ubica TAM Express, filial para el transporte de carga de la propia TAM y que servía de depósito a la compañía. Allí se produjeron dos explosiones y las temperaturas alcanzaron más de 700 grados centígrados.
Las últimas informaciones oficiales indican que hasta el momento han sido rescatados unos 56 cadáveres, pero se teme que la cifra de fallecidos supere los 200, según el jefe de los bomberos de Sao Paulo. Los cadáveres corresponden a personas que estaban trabajando en el edificio y no a los pasajeros del avión.
La Alcaldía de Sao Paulo ha confirmado que seis personas han sido rescatadas con vida pero éstas no estaban en la aeronave, sino en los edificios de la TAM.
Unos 27 inmuebles de los alrededores del edificio siniestrado han sido desalojados y sus habitantes trasladados a hoteles.
El Gobierno brasileño ha declarado tres días de luto y no descarta cerrar el aeropuerto, situado en una zona residencial y comercial.
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