Historia repetida. Un franqueador para abrirle paso a un querido incumbente tan importante que no puede esperar 2 minutos en un semáforo. Todos deben frenar, orillarse, cambiar su rumbo, para que esta persona tan importante, superior a todos los mortales que esperamos pacientemente bajo el sol nuestro turno.
Hoy, se sumó un elemento más a la historia. Un señor impactó su vehículo con el que estaba delante al ser presionado por el franqueador que le estaba abriendo paso al hijo de nuestro presidente, el joven Omar Fernández para que asistiera a sus clases en la PUCMM.
Una vez más, los mortales que no somos hijos de ningún funcionario público ni tenemos un franqueador a nuestro servicio debemos pagar por la prisa de los selectos funcionarios (y todos sus hijos, sobrinos, tíos, primos y queridas) y su incapacidad para frenar.
Seguimos demostrando que estamos muy lejos del desarrollo.
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